En Estudio en escarlata de Arthur Conan Doyle
(1887), el doctor en medicina John H. Watson describe su primer encuentro con
Sherlock Holmes, un hombre extraordinario y perspicaz, poseedor de una
intuición especial, un conocimiento profundo sobre la historia criminal, una
capacidad de observación asombrosa y sistemática, producto de su determinación
e investigaciones, y una gran afición por la deducción y que ostenta la
profesión de detective-consultor, pues los detectives oficiales y los
particulares acuden a él cuando la resolución de un caso se complica.
En un principio, Watson se muestra incrédulo ante las
presuntas habilidades deductivas de Holmes, pero pronto el necesario
esclarecimiento de un misterioso suceso criminal para el cual los servicios de
Holmes son requeridos por las autoridades de Scotland Yard, lo harán cambiar de
opinión y retractarse.
El lugar de los hechos
El crimen ocurrió el 4 de marzo a eso de las 2 de la mañana
en el número 3 de los Jardines de Lauriston, en una casa deshabitada y en malas
condiciones. Un hombre de mediana edad yacía muerto en la habitación delantera,
vestía elegantemente, portaba tarjetas con el nombre de “Enoch J. Drebber,
Cleveland Ohio, EE.UU”. No era evidente la causa de su muerte, pues el cuerpo
no tenía heridas, sin embargo, había manchas sangre en la habitación.
Algunas pistas relevantes:
- El rostro de la víctima mostraba una expresión de horror y odio.
- La víctima portaba un sombrero con información del fabricante.
- Al levantar el cuerpo en parihuelas un anillo de boda de mujer cayó al suelo.
- Una edición del Decameron de Boccaccio con el nombre de Joseph Stangerson.
- Tarjetas con el nombre de Enoch J. Drebber, de Cleveland, cuyas iniciales coinciden con las encontradas en su ropa interior.
- Una inscripción en la pared hecha con sangre que decía Rache.
Manera de proceder de los detectives oficiales de Scotland
Yard:
- Gregson y Lestrade, son rápidos y enérgicos, pero rutinarios; compiten entre sí, “se acuchillan uno al otro”, dice Holmes.
- Lestrade decide examinar las paredes y encuentra la palabra Rache escrita con sangre y se apresura a suponer que el asesino quiso escribir el nombre femenino Rachel.
- En relación al anillo de bodas de mujer encontrado, Lestrade afirma que una mujer ha estado ahí.
- Por la tarjeta saben que la víctima proviene de Cleveland. Gregson envía un telegrama pidiendo informes que pudieran ser de utilidad sin solicitar información específica.
Manera de proceder de Sherlock Holmes:
- Se dedica a observar minuciosa y, al parecer, despreocupadamente pero con entusiasmo la entrada de la casa, la acera, el cielo, las verjas, el sendero, el césped, el suelo húmedo arcilloso…
- Una vez en la habitación, se arrodilla junto al cadáver, lo examina detenidamente (olisquea, palpa, desabrocha, presiona), pero velozmente y rememora un caso criminal anterior semejante. Posteriormente, armado con una cinta para medir y un cristal redondo de aumento se apresta a examinar con cuidado y destreza la habitación.
- Pide a Gregson y Lestrade que lo mantengan informado sobre sus hallazgos.
- Se propone hablar con el guardia, llamado John Rance, que descubrió la escena del crimen.
- Envía un telegrama solicitando información precisa sobre la víctima y su matrimonio.
- Respecto a la inscripción en la pared que dice Rache aclara que es una palabra alemana que significa castigo.
- Utiliza a un grupo de vagabundos para investigar el paradero del asesino sin levantar sospechas.
Descubrimientos de los detectives de Scotland Yard
Gregson localiza, por el sombrero de la víctima, el
lugar de alojamiento de Enoch J. Drebber y Joseph Stangerson; encuentra
culpable del asesinato a Arturo Charpentier, que el día del crimen tuvo un
altercado por el honor de su hermana con Drebber. Gregson arma una escena del
crimen en la que Arturo Charpentier arrastra el cuerpo de su víctima hasta la
casa y deja la inscripción en la pared, la vela y el anillo para despistar a la
policía. Charpentier, no obstante, se declaró inocente y dijo que Drebber huyó
de él en un coche.
Lestrade, que consideró la posibilidad de que el
culpable fuera Stangerson, le siguió la pista y lo encontró muerto en su hotel;
había sido asesinado. El asesino fue avistado por un testigo cuando bajaba
desde la habitación de Stangerson. La descripción de esta persona
coincidía con la hecha por Holmes. Entre las pertenencias de la víctima se
encontraba un telegrama que decía; “J. H. está en Europa” y una cajita con dos
píldoras.
Las erradas disquisiciones de los detectives de Scotland
Yard, no obstante, permiten complementar y confirmar las suposiciones de
Holmes. Tuvo la fortuna de elegir seguir la única clave auténtica, dice. Debido a sus indagaciones sabe que el criminal es inteligente y hábil y
que su detención debe hacerse con cautela. Finalmente y con la ayuda del grupo
de vagabundos consigue hacerlo caer, su nombre: Jefferson Hope, conductor de
carros.
El método deductivo de Sherlock Holmes
Holmes habla de “la capacidad de razonar para atrás”:
analizar la situación y deducir los acontecimientos que la suscitaron. Así, por
lo que llama el método de la exclusión dedujo que la muerte había ocurrido por
envenenamiento y por la expresión del rostro de la víctima supo que el hombre
había sido obligado a hacerlo.
El móvil, ¿era político o se debía a una mujer?
Los crímenes políticos se realizan con premura y
puesto que por las huellas dejadas en la habitación, estuvo fumando y caminó de
un lado a otro, era notorio que el asesino se tomó su tiempo; así que se
trataba de una afrenta personal, un sistemático acto de venganza. La aparición
del anillo fue, de esta manera decisiva.
El anillo como señuelo
Por el guardia que descubrió la escena del crimen, se enteró
Holmes de que un hombre muy ebrio deambulaba cerca del lugar de los hechos y
por la descripción que el guardia dio de este, supo que debía tratarse del
asesino que, por lo visto, era un actor extraordinario. Se preguntó Holmes la
razón por la cual el asesino se arriesgaría a aparecer nuevamente en el lugar y
supuso que volvía por el anillo, pero la aparición de la policía en el lugar lo
había tomado por sorpresa. Holmes decide poner un anuncio en el periódico en el
que menciona el hallazgo de un anillo de boda en la carretera de Brixton. Una
persona, aparentemente una anciana, se presenta a reclamar el anillo. Holmes
intenta seguirle la pista, pero ésta desaparece hábilmente. Este intento de dar
con el asesino no rinde fruto pero confirma la importancia del anillo en el
asunto.
El misterio de la sangre que no pertenecía a la víctima
Puesto que no había señales de lucha y no pertenecía a la
víctima, Sherlock dedujo que debía provenir de la nariz del asesino; supuso que
debía tratarse de un hombre joven y robusto por la gran cantidad de sangre
derramada.
La apariencia del asesino
Mediante la observación de las huellas y el tamaño de la
zancada supo que el asesino debía ser un hombre alto y ágil. También se
aventuró a afirmar que era rubio y que fumaba cigarros Trichinopoly, pues en el
lugar había cenizas que pudo identificar.
La relación entre el asesino y la víctima
En el telegrama que envió a Cleveland preguntó por el
matrimonio de Enoch J. Drebber y la respuesta fue que éste había solicitado la
protección de la ley contra Jefferson Hope, antiguo rival de amores. También
supo que Hope estaba en Europa.
La profesión del asesino
De la observación de las huellas dejadas por los coches
afuera de la casa, supo que los dos individuos arribaron al lugar en un coche
de alquiler. No había evidencia de la presencia de un tercer hombre en la
escena, por lo cual infirió que el crimen lo efectuó el cochero.
El nombre del asesino
Debido a que la víctima y el asesino procedían de América y
que todo indicaba que se trataba de una venganza, supuso que no había ninguna
razón por la cual el presunto asesino, cuyo nombre había obtenido de las
autoridades de Cleveland, modificara su nombre.
La aprehensión
A sabiendas de la habilidad y desesperación de las cuales
daba muestras el criminal, Holmes, con ayuda de un escuadrón de vagabundos y
sin levantar sospechas, consiguió localizar al hombre, un cochero procedente de
EE. UU., que respondía al nombre de Jefferson Hope.
El caso resuelto
Jefferson Hope, detenido al fin, confiesa su crimen y el
móvil. Efectivamente se trataba de una venganza por una antigua y desafortunada
afrenta amorosa en la que Drebber y Stanford estuvieron implicados y por la
cual murió Lucy Ferrier, la mujer que Hope amaba, y a quien pertenecía el
anillo de la escena del crimen y que constituía su único recuerdo de ella.
Conclusión
Sherlock Holmes a diferencia de los detectives de Scotland
Yard, observa la escena del crimen a conciencia, no descarta evidencias y pone
atención a los detalles aparentemente más insignificantes: analiza, reflexiona,
relaciona e infiere; está comprometido con descubrir la verdad y posee una gran
capacidad analítica y una intuición especial aunada a sus sólidos conocimientos
en criminología. Integra cada hallazgo de tal manera que un caso aparentemente
indescifrable, ante sus ojos adquiere una estructura ordenada y lógica. Los
detectives oficiales, Gregson y Lestrade, en cambio, hacen conjeturas
apresuradas sin detenerse a analizar todas las pistas; no les falta entusiasmo,
no obstante, y, de vez en cuando sus deducciones son acertadas, pero, por su
falta de precisión y cuidado, se arriesgan a llegar a conclusiones equivocadas
e incluso a inculpar a un inocente.
Bibliografía
Arthur Conan Doyle: Estudio en escarlata. Recuperado
de:
http://www.admisionceit.unadmexico.mx/ceit2017/pluginfile.php/24594/mod_page/content/19/Escarlata.pdf
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