jueves, 31 de agosto de 2017

¿Cómo investigo, leo, escribo?

Empiezo por determinar el tema con el que trabajaré; si puedo elegir libremente la temática, reflexiono sobre los temas que me interesan y elijo alguno sobre el que deseo profundizar o aprender más; si es impuesta y me es desconocida, inicio una búsqueda al respecto para formarme una idea más precisa. Una vez determinado el tema, indago sobre las fuentes bibliográficas o hemerográficas que pueden resultarme útiles, ya sean físicas o virtuales: reviso autores, títulos, introducciones e índices para confirmar su pertinencia en el marco de mi investigación. Posteriormente, recolecto la bibliografía y empiezo a leer con detenimiento: subrayo las ideas principales o las transcribo y escribo mis comentarios; si  alguna idea no me queda clara, vuelvo a leer y tomo notas o hago pequeños esquemas para comprenderla; si encuentro vocabulario nuevo, hago uso del diccionario y si a pesar de mis esfuerzos, me topo con algún tema o concepto muy difícil de entender, utilizo Internet para esclarecerlo (vídeos, wikis, sitios web).

Procuro formarme un panorama lo más completo posible de la temática que trabajo y entonces empiezo con la redacción. Establezco la problemática que debo resolver y la manera más apropiada de exponerla. Presento una introducción, planteo los objetivos de mi escrito, desarrollo mi tema y ofrezco conclusiones. Conforme escribo,  reviso los textos que analicé y los utilizo para guiarme y hago paráfrasis de los mismos, con su respectiva cita,  o los cito textualmente; si es necesario, realizo otras lecturas o busco más información. Leo una y otra vez lo que he escrito para evitar omisiones y ponerme en el lugar del lector y verificar la ortografía y coherencia de mi texto. Al final leo el texto completo y determino si el resultado es satisfactorio y ajusto detalles como la tipografía, el interlineado y la alineación del texto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario